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domingo, 19 de enero de 2014

American Beauty al detalle: La vida misma y la teoría de los instantes previos


 
Jane.
Queridos Cinépatas aquí os dejo el primer detalle del año! Este detalle es mas bien una reflexión sobre lo que me mostró esta película. La verdad, había oído mucho a hablar de este filme, pero no tenia la remota idea de la trama y aun menos de lo que me aria llegar a ver tal película.

La película empieza con Lester Burnham, un ejecutivo de publicidad de Chicago y padre de familia de 42 años. Su esposa se llama Carolyn, es una vendedora inmobiliaria a la que sólo le importa el éxito profesional, hija Jane de 16 años, es la típica adolescente que se queja de su padre. Jane y Lester no se han hablado durante meses, y él mismo se describe como un perdedor.

Carolyn.


Lester Burnham.








Se puede ver un día típico en la vida de cada uno de los tres personajes. Lester inicia su día masturbándose en la ducha, y dice ser el mejor momento del día. Más tarde vemos a Lester en su trabajo, donde su jefe, le pide que haga un informe describiendo su trabajo y sus tareas, detallando exactamente cuál es su contribución a la compañía, ya que esta tratando de identificar quiénes son los empleados de los cuales se puede prescindir para poder despedirlos y ahorrarle dinero a la compañía. Carolyn, por su parte, intenta vender una casa a varias parejas, pero sólo encuentra rechazo tras rechazo.

Lester encuentra la inspiración para transformarse a sí mismo al conocer a Ángela Hayes, la mejor amiga y compañera de colegio de su hija Jane. Ángela es una bella, confiada y que aspira a ser modelo. Ángela cautiva a Lester desde el momento en que él la ve en una actuación rutinaria de baile en el colegio y
Ángela Hayes.
desarrolla una obsesión hacia ella. Luego, cuando Jane invita a Ángela a quedarse a dormir en su casa, Lester escucha a Ángela decirle a Jane que encuentra atractivo a su padre y que su padre seria follable si comenzara a ejercitarse un poco. Habiendo escuchado esto, Lester inmediatamente parte hacia su garaje, donde encuentra viejas pesas y comienza a levantarlas y a ejercitarse. A partir de ese día ve que puede ser mas de lo que es actualmente, no puede reformar un matrimonio, y menos su papel de padre, pero si puede agradar a la típica joven la cual es el ojo de mira de la mayoría de chicos de su edad, desbocada por el sexo y a su practica, y que ha tenido tantos chicos como ha deseado, la cual cosa le ha dado una autoconfianza que roza las nubes.

En su último día de vida, Lester se encuentra a Ángela en casa y ya se encuentra preparado para vérselas con ella, después de mucho tiempo de entrenamiento físico, subidon de autoestima, orden de la vida a su gusto y muchos cambios en su forma de actuar, que le han llevado a ser un hombre totalmente distinto al que era, y con el cual él mismo nunca se hubiera podido identificar. Llega un momento de la conversación entre ambos, en la que la pasión fluye por si misma, y llega el momento mas esperado de la película, porque durante toda ella parece que tu mismo vayas acumulando las ganas de ver a Ángela una vez echo el cambio, y así ver como pasa lo que se supone que tiene que pasar al final del cambio de Lester. Pero llega el punto en que él le quita la bragas a Ángela, y ella lo detiene para decirle que es virgen, y que esta sería su primera vez. A través de tal comentario Lester ve que no puede tomar su virginidad y  en vez de ello le hace un sandwich en la cocina.

 Y a través de esto vi mucha relación de lo ocurrido en el filme con la teoría de los instantes previos, que afirma que el mejor momento de una relación de pareja es cuando todavía no ha comenzado. Que siempre es mejor lo que está a punto de ocurrir que lo que acaba pasando.

 Lo más excitante de la democracia fue la Transición, cuando veías a venir el cambio de régimen pero formalmente aún no lo tenías. La ilusión de aquel tiempo en que todo estaba por hacer y todo era posible ha dado paso a la rutina de un sistema menos perfecto de lo que nos imaginamos. Por este mismo motivo, lo más gratificante del día de Reyes es levantarte, a primera hora de la mañana, y ver toda aquella pila de regalos amontonados. Desenvolverlos es farragoso y, muchas veces, decepcionante .

La teoría de los instantes previos también explica que lo más goloso de una comida es el aperitivo, y que lo mejor de un plato es ver cómo el camarero te lleva a la mesa, mientras la boca se te hace agua . Que lo mejor de dormir es el momento justo antes de dormirte, cuando entras en la cama, notas las sábanas frías en la piel y uno se tapa con la funda nórdica. Que lo mejor del sexo no es la penetración, sino la excitación propia de los instantes previos. Es la emoción de aquella ducha antes de salir de noche, cuando hueles el libro que acabas de comprar, cuando se apagan las luces en el cine, cuando se descorren las cortinas en el teatro, cuando es a punto de empezar el concierto o los prolegómenos de un gran partido de fútbol. Lo que viene después no siempre responde a las expectativas que tú mismo habías creado. Para los seguidores de la teoría de los instantes previos, el mejor día de la semana es el viernes, o quizá el jueves, porque todo está por venir, incluso el viernes. Por ello, el punto clave del verano es la verbena de San Juan. El resto, sobre todo en agosto, es un domingo por la tarde alargado. Y el 31 de diciembre nunca celebramos el año que hemos vivido sino lo que tenemos que vivir. Celebramos el año que no hemos tenido tiempo de estropear y que, de momento, se conserva tal y como nos lo imaginado. Y de paso, confirmamos que las cosas nos gusta mas empezarlas antes que terminarlas. Con los artículos pasa lo mismo, lo mejor es cuando todavía no lo has leído. Cuando tienes el croissant a punto, el café con leche humeante, el diario todavía por estrenar y te dispones a empezarlo por la contraportada, a ver qué dice este hoy. Por eso es tan difícil que los artículos y en definitiva, la vida esté a la altura de las numerosas, ya veces injustificadas, expectativas que despiertan los instantes previos.

“Me llamo Lester Burnham. Éste es mi barrio. Ésta es mi calle. Ésta es mi vida. Tengo 42 años. En menos de un año habré muerto. Claro que eso no lo sé aún. Y, en cierto modo, ya estoy muerto. Aquí me tienen, cascándomela en la ducha. Para mí, el mejor momento del día; a partir de aquí todo va a peor. Ésta es mi esposa, Carolyn. ¿Se han fijado que el mango de las tijeras de podar hacen juego con sus zuecos? No es por casualidad... Dios solo con verla me agoto. No siempre ha sido así, antes era feliz; éramos felices. Mi hija Jane. Hija única. Jane es la típica adolescente malhumorada, insegura, confusa. Me gustaría decirle que se le pasará, pero no quiero mentirle. Tanto mi mujer como mi hija piensan que soy un gran perdedor, y tienen razón, he perdido algo. No estoy muy seguro de lo que es, pero sé que no siempre me he sentido tan apático. Pero, ¿saben una cosa? Nunca es tarde para recuperarse.”  - American Beauty

La reina de los detalles.